Odio leer y escuchar diferentes comentarios carentes de sentido respecto a este coche. Aquello de comparar es barato y sencillo, e inevitable. Está claro que aquellos "profesionales" que hayan conducido un Bentley o un Ferrari o un Aston Martin o un Porsche, descapotables, no pueden esperar encontrar lo mismo en ellos que en un Opel GT. Es ridículo. Principalmente por el precio, no por prestaciones. Estéticamente no se puede juzgar, todos son bonitos y habrá quien decida uno u otro como el más bonito. Pero en el precio hay mucha diferencia. Quien paga más, tendrá más. Lógicamente, prescindir de cuero de la más alta calidad, xenon o bixenon, altas cilindradas, alto par se tiene que notar... en el precio. El Opel GT es un concepto diferente. Es acercar un roadster a buena parte de los bolsillos. Este modelo supera en mucho a sus rivales, pero no en lujos precisamente. Eso quien lo compra debe tenerlo claro. Se busca un coche para disfrutar, para sentir, pero no para andar pensando "si tuviera...", porque para eso te compras uno de los citados, siempre que puedas, claro. AHÍ ESTÁ EL MOTIVO PRINCIPAL. Disfrutar de aquello que tienes la posibilidad de adquirir. Creedme si os digo que el conductor que compra éste, lo vivirá más que aquellos. El dinero no da la felicidad, dicen. Tampoco satisfacción. (Aunque ayuda, eso sí).
viernes, 25 de enero de 2008
Punto sobre la i
Suscribirse a:
Entradas (Atom)